Transforma la habitación de tu hijo en un espacio relajante y tranquilo pero lleno de personalidad con tonos pasteles. Elige colores suaves como rosa, azul, lavanda o verde menta para las paredes y la ropa de cama.
Opta por muebles en tonos neutros o blancos para equilibrar los pasteles y detalles delicados, como cojines y cortinas con estampados suaves, añaden encanto al ambiente.
Crea una zona de juego inspirador con estanterías para libros, un espacio para manualidades y un rincón de lectura con cojines y mantas. Fomenta la participación de tu hijo en la decoración, incluyendo su arte en las paredes.
Añade iluminación suave y piensa en soluciones de almacenamiento para mantener el dormitorio organizado. Así, creas un lugar mágico donde tu hijo puede soñar y crecer felizmente rodeado de colores que relajan su personalidad.