Elige colores claros, especialmente el blanco
Antes que nada, un dormitorio pequeño debe ser luminoso. Una buena forma de lograrlo es con el uso de los colores suaves y del blanco (SW 6350, SW 6378). Todos estos tonos ayudan a la iluminación, y no es porque necesariamente amplían los espacios visualmente, sino porque se ven más despejados y menos agobiantes. Para magnificar el efecto, utiliza parte del mobiliario del mismo color, cortinas livianas y blancas o de tonos neutros suaves.
Los colores azules y verdes pueden ser una buena elección
Los colores fríos (SW 6464, SW 6498) pueden hacer que un espacio se perciba un poco más amplio de lo que realmente es. No necesariamente hay que pintar todas las paredes iguales, ni tampoco utilizar variantes muy oscuras. Lo mejor es decantarse por las tonalidades medias y suaves. Estos colores combinan perfectamente con el blanco (SW 6476) creando espacios frescos y luminosos.
Alejate de los grandes contrastes
Un ambiente pequeño puede lucir amplio si se unifica el color, pintando todas las paredes iguales, incluso el techo puede ir en el mismo tono. Si el resultado te parece un poco aburrido, destaca una pared en un color de la misma gama un poco más oscuro.
Los colores neutros son siempre recomendados
Los neutros son bienvenidos siempre en ambientes pequeños. Un color neutro crea un clima relajado y armoniza con casi cualquier otro, por lo que puedes pintar las paredes de arena (SW 6071), gris suave (SW 6523) u otra tonalidad similar.