Toda superficie a pintar, de cualquier tipo, debe estar limpia, seca y firme al momento de aplicar la pintura.
Debe encontrarse libre de polvo, grasa, humedad, óxido, hongos, alcalinidad, películas en mal estado (ampollada, descascarada), etc.
Cada superficie (mampostería, yeso, ladrillo, madera, cemento, metal, etc.) presenta diferentes situaciones posibles, por tal motivo, leer las instrucciones que se indican en la etiqueta del envase es fundamental para preparar correctamente el sustrato antes de aplicar el producto de terminación.