No sólo es importante “saber pintar” sino también “tener los conocimientos básicos” sobre los productos que utilizás cada día: cuáles son sus componentes, sus características (cubritivo, rendimiento, acabado, viscosidad, pincelabilidad, etc.).
Eso te permitirá entender por qué algunos resisten más o menos que otros a determinadas condiciones y poder elegir con certeza el producto adecuado para cada necesidad, entre otras cosas.